17 de junio de 2011

Lo que sucede cuando mezclás la TV de la tarde y literatura

Jardineros cuentoSé que es mucho mejor que lo de antes. Veremos cómo sigue, tampoco es lo que imaginaba pero ahí voy. Ya le dije a Mabel que siga juntando tallitos, que estamos mal pero vamos bien. Hay una luz al final del camino.

Tengo fe. El puesto de flores está mejor y este año tardó en venir el frío así que hasta tuvimos unos días más de buenas ventas.


Hace ya un año que armamos el invernadero en el cuartito el fondo. Las rosas atigradas todavía no agarraron buen color pero ya van tomando forma. Tienen la línea negra. La semana pasada salió un pimpollo amarronado pero se cayó antes de abrirse. Tenés etapas de bajadas que son propias del tratamiento. Vamos bien con el color. Falta trabajar un poco más con el aroma.


Es heavy tener la esperanza de que ya estás por lograrlo
y que una helada temprana te agarre desprevenido y sin haber puesto la protección sobre los capullos. Ahora es muy, no sé, frágil diría, inesperado tal vez.

Vamos a ver cómo transcurre el invierno. Tenemos trescientas germinaciones de porotos que van avanzando. Usamos una cómoda vieja. No sé como decirte, era tu antigua cómoda y no nos dimos cuenta de que habías dejado unos papeles, que después se me ocurrió podrían ser importantes. Bueno, igual los usamos para los porotos, es que calculé mal la cantidad de secantes, viste que te venden unas hojitas chiquitas, y los porotos vienen un montón en cada bolsa.

Más allá de eso, la guerra vino y la guerra pasó. Cochinilla. Casi me muero. No en los porotos, no. En unos jazmines que estábamos desarrollando con olor a café. Hubiesen sido un éxito. Viste que el olor a café es más rico que el café. Pero ya fue, no los pudimos recuperar.


Ella dice que fue fácil porque fue muy constante
, pero no sabés lo que lloró con el asunto de la cochinilla. Todavía me acuerdo y me pongo mal. Esperemos que ahora lo de las rosas prospere. No sé si podría soportar otro fracaso como aquel.

Cómo hacen día a día para ganarle a la adversidad
los japoneses del vivero, no lo sé. Cada hojita que se cae es como un puñal en el alma. A veces creo que no estamos hechos para esto. Decía que las rosas, bueno, parece que van bien.

Es fuerza y vergüenza
. El mundo de la botánica te pone a prueba. No es una vida fácil la que hemos elegido. La que vende fresias en la avenida la otra vez me decía que cuando hace mucho calor los ramitos están que se le cae la cara pero la gente los compra igual. Qué sé yo, de última, que se embromen. Están viendo lo que llevan.

Nosotros estamos empezando una nueva era. Vamos a hacer historia. Eso me dijo el que me vendió el rociador. Me gustó, es como que fue un re halago para mí. De ahí saco la fuerza cada vez que se nos va una plantita. Estamos trabajando para la posteridad.

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