14 de octubre de 2010

Así charlaban las vecinas a la vuelta de mi casa

cuento barrio
Siempre con esa cara de tarada, ¿qué le dolerá ahora? si nunca tiene nada no sé de qué se queja, trae un pañuelo al cuello seguramente hoy nos toca dolor de garganta ¡es el mismo pañuelo que me regaló Ricky! pero seguro no es de la misma calidad no creo que sea de seda importada qué se va a poner esta groncha, ¡los zapatos que tanto busqué! a mí me quedarían mucho mejor, esas rodillas de futbolista, ay sí porque seguramente la tienen que operar de los meniscos también no tiene otra cosa qué hacer que visitar médicos, por fav¡¿y esa cadenita?!

-         Me la compré en la calle Libertad. Justo ese día que llovía, por eso ahora ando con el pañuelito al cuello. Me va a dar tos.
-         Pero a ver... ¡¡Es como la que me regaló Ricky!!
-         ¿Sí? ¿Cómo anda el flaco? Hace rato que no lo veo. A mí se me pone oscura, ¿ves? Es un problema de la piel me dijo el dermatólogo.
-         No creo, Lucy. No será de buena calidad, en todo caso... aunque es exactamente igual a la mía.
-         ¿Sí? No me había dado cuenta. Es que me duele la vista.
-         A mí me duele más de ver esa camisa que te pusiste, querida, esos colores. Es cuestión de combinar. Ves, esos mismos colores yo... Tenés puestos los mismos colores que yo... pero...

Pero nada. Me abalancé sobre ella con una jeringa y la apuñalé 342 veces –no me entra en la cabeza, hacerle daño a un alma tan pura, preocupándose siempre por los demás, un espíritu solidario, impecable- Acto seguido la ahogué con 78 bolitas de algodón estrella mientras la cegaba arrojándole litros de jarabe expectorante reunidos durante años de falsas enfermedades –todavía me parece escucharla hablando de vos, Ricky- La maniaté con kilómetros de gasa. Le até también las piernas. No, la envolví toda como una momia egipcia y con una fuerza que no creía tener la empujé por un barranco ¿Por un barranco? Sí, por un barranco oscuro y alejado de la ciudad, nuestra ciudad también tiene barrancos o cloacas o zanjas olvidadas. –¿Seguro no tuvieron una discusión? ¿Adónde puede haber ido? No, claro, llorá si te hace bien, amor, para eso estamos las amigas- Ahora que ella ya no existe, por fin, Ricky será mío.