30 de agosto de 2010

4 visiones de Ariana - 3

En aquella época yo estaba muy enamorado de Ariana Bertoldi. Fue mi novia del secundario durante los últimos meses de 3er año. Cierro los ojos y veo su rostro, el recuerdo reconstruido de su rostro después de tantos años tratando de olvidarla. Una boca pequeña y tímida, su mirada de rata asustada. Recuerdo su piel blanquísima y su risa de gaviota.
Dicen que uno nunca olvida el primer amor y Ariana... a veces, quisiera no haberla conocido nunca, por cómo terminaron las cosas.
Ariana, estrella de mar. Tenía la voz finita y, como decía mi vieja, era muy pispireta. Le tenía cariño mamá, de verla tanto en casa preparando trabajos, estudiando durante horas. Fue la que más sufrió lo de Ariana.
A veces sueño con el día en que me dejó besarla por primera vez. Su boca era salada y mágica. Ariana sirena, ángel y ratita me dejó hacer, y mi ansiedad adolescente la recorrió completa.
Ariana castillo de sal y arena. Mi cuerpo hervía y vos soltabas tu risa de gaviota.
Ese verano la noticia nos cayó desde Mar del Plata como una bomba. Te fuiste al mar, a tu mar, sirena etérea, y no volvimos a verte. Nunca te encontraron, amada. Hoy miro al mar y creo verte venir hacia mí, desde el reflejo de la luna en el agua. 

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