22 de noviembre de 2010

Preludio de un crimen

cuento suspense
¿Cuál fue la hora de defunción? ¿Cuántas huellas digitales fueron encontradas en la escena del crimen? ¿Por qué el detective se huele persistentemente los dedos? ¿Cuál es la coartada de la mucama? ¿Por qué el perro dejó de ladrar? ¿Pudo establecerse el origen del perfume de mujer hallado en el sofá? ¿Quién es Adelina? ¿Cuántos pelos tiene la calva del señor Bahamonde? ¿Dónde está mi cuaderno? ¿Pensó que no podría resolverlo? ¿Usted mantuvo una relación amorosa con el occiso de enero a noviembre de 1996? ¿Cuál fue la causa de la ruptura? ¿Es verdad que usted rompió un jarrón y quebró dos cubeteras cuando él se negó a abandonar a su familia? ¿Qué perfume usa, señorita? ¿Quiere llamar a su abogado?

Adelina camina de la mano de la abuela. En la otra mano lleva un osito rosado, el favorito de su hermana Irene.
A Irene le gusta jugar a la mamá y servirle el té al osito. Lo viste, lo peina, lo perfuma, todas las tardes en la galería mientras los grandes duermen la siesta.
Las Castro Inchausti tienen muchos juguetes, muñecas, pelotas, pero ese osito es el preferido de la mayor.
Adelina nunca está invitada al té de las cinco pero no pierde detalle del encuentro, que ya conoce de memoria. Té para el osito, vainillas para la bebota y todos los elogios de la familia y las maestras para la engreída de Irene.
“Ahora no se puede gritar ni correr”, advierte la abuela y al llegar a la puerta de la habitación agrega: “Qué lindo que le trajiste el osito a Irene, así se va a poner mejor”.
Los médicos no son optimistas y saben que Irene probablemente nunca despertará de este golpe mortal en la nuca que, nadie se explica cómo, la dejó inconsciente al caer de la sillita de la galería, cuando los grandes dormían la siesta.

¡Está muerto, muerto! ¡Llamen a la policía, a los bomberos, los paramédicos! ¡Quién iba a querer matarte, querido Enrique! ¡Por aquí inspector, más rastros, huela, sienta ese perfume! ¡Huellas de cinco mujeres! ¡No perdía el tiempo Bahamonde!  ¡Siempre acusando a la servidumbre, doña Rita tenía el día libre! ¡Tobi no ladró porque conocía al asesino! ¡Ya no quería ser la otra! ¡Admítalo, Adelina, créalo, le conviene! ¡Sabemos que estuvo en la casa ese día! ¡No nos conmueven sus lágrimas! ¡Confiese, asesina! ¡Alto, deténgase! ¡Aléjese de allí, puede caerse!

sin luz no hay paz sin fuego frío calor helado el osito de irene mala y triste seca para siempre irene inmaculada irene durmiente adiós irene adiós enrique elijo ahora terminar ahora misterio final voy mansa duermo osito duermo y no despierto duermo como irene duermo como enrique duermo por mi mano como también ellos hacia un nada hacia esa nada me vuelco 

14 de octubre de 2010

Así charlaban las vecinas a la vuelta de mi casa

cuento barrio
Siempre con esa cara de tarada, ¿qué le dolerá ahora? si nunca tiene nada no sé de qué se queja, trae un pañuelo al cuello seguramente hoy nos toca dolor de garganta ¡es el mismo pañuelo que me regaló Ricky! pero seguro no es de la misma calidad no creo que sea de seda importada qué se va a poner esta groncha, ¡los zapatos que tanto busqué! a mí me quedarían mucho mejor, esas rodillas de futbolista, ay sí porque seguramente la tienen que operar de los meniscos también no tiene otra cosa qué hacer que visitar médicos, por fav¡¿y esa cadenita?!

-         Me la compré en la calle Libertad. Justo ese día que llovía, por eso ahora ando con el pañuelito al cuello. Me va a dar tos.
-         Pero a ver... ¡¡Es como la que me regaló Ricky!!
-         ¿Sí? ¿Cómo anda el flaco? Hace rato que no lo veo. A mí se me pone oscura, ¿ves? Es un problema de la piel me dijo el dermatólogo.
-         No creo, Lucy. No será de buena calidad, en todo caso... aunque es exactamente igual a la mía.
-         ¿Sí? No me había dado cuenta. Es que me duele la vista.
-         A mí me duele más de ver esa camisa que te pusiste, querida, esos colores. Es cuestión de combinar. Ves, esos mismos colores yo... Tenés puestos los mismos colores que yo... pero...

Pero nada. Me abalancé sobre ella con una jeringa y la apuñalé 342 veces –no me entra en la cabeza, hacerle daño a un alma tan pura, preocupándose siempre por los demás, un espíritu solidario, impecable- Acto seguido la ahogué con 78 bolitas de algodón estrella mientras la cegaba arrojándole litros de jarabe expectorante reunidos durante años de falsas enfermedades –todavía me parece escucharla hablando de vos, Ricky- La maniaté con kilómetros de gasa. Le até también las piernas. No, la envolví toda como una momia egipcia y con una fuerza que no creía tener la empujé por un barranco ¿Por un barranco? Sí, por un barranco oscuro y alejado de la ciudad, nuestra ciudad también tiene barrancos o cloacas o zanjas olvidadas. –¿Seguro no tuvieron una discusión? ¿Adónde puede haber ido? No, claro, llorá si te hace bien, amor, para eso estamos las amigas- Ahora que ella ya no existe, por fin, Ricky será mío.

19 de septiembre de 2010

Rutina

poesia rutina
Y si me aburro me meto para adentro y me doy vuelta para el otro lado y me muero toda. Y se me secan todos los órganos al sol y hay olor a sangre podrida y vienen todas las moscas a comerme las porquerías.

Y no me puedo dar vuelta porque abro la boca pero tiene un límite y entonces miro por la ventana y veo una paloma pero no sé qué hace por estos lugares entre tanta chimenea de fábrica.

Y todos miran la gran novedad palomo mensajero y él mira de costado hacia este lado de la ventana y entonces quisiéramos volar lejos pero no podemos y nos miramos entre nosotros y pensamos.

Y cada uno piensa en su cabeza y se pregunta qué le pasa a este bicho que no nos trae ningún mensaje y queremos abrir la ventana y arrancarle la cabeza y ver cómo se desangra lentamente.

Y es ahí cuando se va lejos y vuela con sus alas tan comunes y tan de plaza y lo miramos haciéndose chiquito y volvemos a esas cosas que nos ocupan los días y la ventana se esfuma y ya nadie mira. 

2 de septiembre de 2010

Juntos unidos triunfaremos 2

En aquellos días Silvia estaba viviendo en Buenos Aires (en lo de Adela, albergue de toda la parentela que venía de la provincia) porque se había separado del gordo, pobre Diego, le había aguantado cualquier cosa y todavía así ella lo había mandado mudar y encima después se había venido para la capital.
Silvia andaba en cosas raras decían lo mismo que las hijas la mayor sobre todo que se veía con un tipo medio revolucionario pero en casa todos estaban metidos en política y por eso mucho tampoco podían decirle, cuando la vuelta del general el viejo iba de una reunión a otra aunque no se podía pero bueno era por el bien de la patria después de todo.
Ahora Silvia andaba en cosas raras y el general ya no estaba y el viejo estaba más viejo y cansado y le iba a costar mucho esfuerzo mover todas sus influencias para ubicarla tras un largo recorrido por comisarías de Buenos Aires            dios sabrá cuántos favores se habrá cobrado y cuántos habrá prometido por encontrarla y rescatarla y cachetearla sin culpa hasta hacerle prometer que se iba a dejar de esas cosas, que los tiempos ya no estaban para pavadas, que me estoy muriendo y lo sabés y vas a matar de tristeza a tu madre.

Dejate de joder, Silvia, se acabó toda esta historia, ni se te ocurra volver a verlo.

Juntos unidos triunfaremos 1

Una mano aferrada a la cuchara de madera revuelve con circularidad geométrica la mezcla que en unos minutos será flan de vainilla. Una dos tres vueltas.
Otra mano
     sube                       sube    
y                  y
  baja               baja
        de la cintura a los ojos.
Ojos
Mejilla
Cintura
Ojos
Mejilla
Cintura
Ojos
Mejilla
Cintura
Ojos
Mejilla
Cintura

El recorrido de una lágrima
que la mano que no revuelve
se empecina en evitar.
Una lágrima
Dos lágrimas
Muchas más

Adela revuelve la mezcla azucarada fosilizando la mirada en la cuchara de madera y el llanto se le escapa por la boca y ya no importa que el líquido salado contamine el postre, se tapa la cara con las dos manos y su pena es el eco de otro llanto vertido 30 años atrás.

Esa muerte la había golpeado como la de un pariente cercano.
Hoy es 1º de julio y como ese día siente una tristeza agobiante.

Baja el fuego, se seca la cara con el delantal y busca el mantel para preparar la mesa, vienen los Flores a cenar y es obligatorio buscar los platos del juego.
Al abrir el mueble donde guarda las copas, la tristeza se abre camino una vez más: mal disimulados tras las copas de licor están los vasitos de whisky con sus rostros serigrafiados, todavía jóvenes el general con porte de líder indiscutido y ella sonriente y bellísima; el vaso del general está rajado, cuándo pudo haber sucedido si nunca lo habían usado            qué pasa con este tiempo que no deja de pasar y ya nada viene, y nada vale, y no es como antes, cómo puede ser, qué nos pasó        Roberto todavía no se bañó    vamos que vienen los Flores   una hora cuarenta para convencerlo de que se meta a la ducha       ahí vamos        vamos Adela Adela potencia.

30 de agosto de 2010

Chino de barrio

Asaltaron la farmacia de Balbín y Monroe, y el botín fue enorme. Se sintieron poderosos, fue un ataque limpio. La flaca era infalible. Un par de días y ya tenía la ubicación de todo, los horarios, cuántos empleados, cada detalle… no sabía cómo lo hacía pero era sutil, era mágica y era suya.
Rodo paraba con los pibes en el videoclub, charlaba y relojeaba a la flaca que acomodaba los estrenos de la semana. No creas que voy pasar toda la vida entre películas empolvadas, le había dicho una vez. La tendría entre sábanas de seda si pudiera, pero si era un muerto de hambre ¿cómo? Ella sabía cómo y cuándo, cuántos hombres serían y también lo del arma.
“Me voy a teñir de rubio”, le dijo, “para no andar levantando la perdiz, ya me vieron mucho con lo de la farmacia, viste”. Cómo no mirarla. Pasaba horas mirándola dormir y preguntándose cómo había llegado esta belleza a su cama. “Y dejá de decirme flaca, querés, ahora soy rubia”. Eso era Rodo, y se acababa pronto.
Aníbal la conoció en el supermercado chino de Jonte y Chivilcoy, el que asaltaron la semana pasada. ROBAN SUPERMERCADO CHINO. SE LLEVAN HASTA LOS ENVASES DE CERVEZA, tituló Crónica.
Estamos hablando de delincuentes profesionales con un trabajo de inteligencia pormenorizado.
Anochecía ese martes de agosto cuando la vio acercarse al mostrador. Era una libélula movediza y alegre. “¿Qué puede ser para preparar al horno?”, su voz era de cascabel y caía perfecta sobre toda la pequeña figura de su cuerpo. Aníbal sacó su mejor tapa de nalga y sintió cómo su fisonomía de elefante marino se estremecía ante la cercanía de esa hermosa princesa luminosa. Habló de más, como cada vez que se dirigía a una rubia. ¿Sería nueva en el barrio? No tenía anillo de casada pero había llevado cantidad para dos personas. Le hizo un chiste cuando se despedían y ella respondió con una sonrisa que llenó el salón hasta el segundo pasillo.
Al día siguiente volvió por un pollo no muy grande, abierto para la parrilla tipo mariposa. Aníbal habló todo lo que duró el nuevo encuentro. Ella era simpática y amable, y seguramente tenía un corazón tierno que podía albergar un lugar para un viejo carnaza.
Vino toda la semana. Una tortuguita. Una docena de huevos. Una colita para mechar. Lengua a la vinagreta. Qué nivel, qué chica fina, carne todos los días.
Aníbal sintió que su alma se abría ante la perspectiva de este amor que el destino ponía ante él. Supo que podía contarle todo: sus miedos, sus anhelos, sus traumas de la infancia, sus horarios, cuánto tiempo llevaba en el mercadito, cantidad empleados y facturación mensual…
El ahorcado ya había preanunciado un evento poco venturoso para Aníbal. “Por favor, Madame Nené, ella puede ser el amor de mi vida, eso tiene que ser otra cosa, es dulce, es hermosa, jamás podría hacerme daño…” Volví a tirar, pero las cartas seguían escribiendo el mismo camino, él no quiso creerlo, aunque era tan claro como una noche de luna llena.
Los testigos hablan de un informante femenino, rubia, tez blanca, que fue vista en reiteradas ocasiones comprando carne en la semana previa al hecho delictivo.
Tras comprar el último asado de tira, Lizzie sostuvo sus manos durante unos segundos al recibir la bolsa de carne sangrante por encima del mostrador. Aníbal jura que tenía lágrimas en los ojos.
Al día siguiente ocurrió el asalto que Crónica tituló ROBAN SUPERMERCADO CHINO. SE LLEVAN HASTA LOS ENVASES DE CERVEZA. Sabían la ubicación de todo, cada movimiento. El trabajo de inteligencia había sido impecable y la banda de la libélula había atacado una vez más.
No puedo afirmar ni confirmar que estemos tras la pista del carnicero porque es secreto de sumario. Ya lo decidirá el juez que entiende en la causa.
No se podía actuar en el mismo barrio,  había que moverse y la flaca había encontrado ese chino que movía mucha guita, una cosa medio rara, pero el golpe salió a la perfección. Una semana de laburo previo, conocer el lugar, estudiar los movimientos de los empleados. Fue fácil, muy fácil, no había nadie y el carnicero había soltado toda la data. El carnicero, ese que parecía un gordo salame.
El carnicero ese que ahora mira su blancura luminosa y se pregunta qué hace esta belleza entre sus sábanas.

4 visiones de Ariana - 4

Con el cabello revuelto y los ojos semicerrados, Ariana se levantaba al mediodía y la chica la recibía con el desayuno-almuerzo listo. El piso de la calle Costanera era silencioso y amplio. Sólo se oía el ruido de la aspiradora durante la tarde y el viento cacheteando los ventanales. Ariana pintaba paisajes siderales, a veces murmuraba en voz baja una melodía con la mirada perdida en donde el mar muerde el horizonte.

4 visiones de Ariana - 3

En aquella época yo estaba muy enamorado de Ariana Bertoldi. Fue mi novia del secundario durante los últimos meses de 3er año. Cierro los ojos y veo su rostro, el recuerdo reconstruido de su rostro después de tantos años tratando de olvidarla. Una boca pequeña y tímida, su mirada de rata asustada. Recuerdo su piel blanquísima y su risa de gaviota.
Dicen que uno nunca olvida el primer amor y Ariana... a veces, quisiera no haberla conocido nunca, por cómo terminaron las cosas.
Ariana, estrella de mar. Tenía la voz finita y, como decía mi vieja, era muy pispireta. Le tenía cariño mamá, de verla tanto en casa preparando trabajos, estudiando durante horas. Fue la que más sufrió lo de Ariana.
A veces sueño con el día en que me dejó besarla por primera vez. Su boca era salada y mágica. Ariana sirena, ángel y ratita me dejó hacer, y mi ansiedad adolescente la recorrió completa.
Ariana castillo de sal y arena. Mi cuerpo hervía y vos soltabas tu risa de gaviota.
Ese verano la noticia nos cayó desde Mar del Plata como una bomba. Te fuiste al mar, a tu mar, sirena etérea, y no volvimos a verte. Nunca te encontraron, amada. Hoy miro al mar y creo verte venir hacia mí, desde el reflejo de la luna en el agua. 

4 visiones de Ariana - 2

Los siguientes telegramas fueron enviados por el emérito profesor doctor Marion Berman a sus superiores durante los meses de marzo y noviembre de 1994.

13 de marzo de 1994.- Sin modificaciones en sujeto C3842. Último informe médico funciones vitales normales y mutaciones propias pubertad. Comportamiento promedio, sin episodios violentos.
 
25 de abril de 1994.- Informante en Escuela Media 305 señala posible despertar de larva en sujeto C3842. Ariana Bertoldi de las Casas. Sospecho inseminación alienígena durante gestación.
 
03 de mayo de 1994.- Me infiltro profesor biología EMET 305. Púberes impúdicos. Docentes preocupados cansados. Ariana reportada enferma. Intuyo hizo rata.
 
08 de junio de 1994.- Ariana divaga. Vocabulario escaso y reiterativo. Observo piel mutada: grasitud, granos, olores naturales + perfume. Sospecho adolescencia. Sigo investigando.

15 de julio de 1994.- Ariana intelecto destacado-aguda-rápida. Enamorada profesor biología.
 
30 de agosto de 1994.- Ariana bella, más bella. Puerta baño Ariana ama Berman. Espécimen gran inteligencia.
 
22 de septiembre de 1994.- Ariana y Berman. Ariana y Berman. Ariana y Berman.
 
15 de octubre de 1994.- Ariana frecuenta joven compañero pulpo, mismo recreo, misma salida.
 
28 de noviembre de 1994.- Estúpida C3842 besa ignoto púber. Lleva biología marzo. Investigación carente interés. Regreso a Viena. 

4 visiones de Ariana - 1

Querido diario:
Sigo notando un comportamiento extraño en la chica Bertoldi. Siempre fue muy buena alumna pero últimamente está retraída y no presta atención en clase. Ayer tenían que entregar la composition "A lovely journey" y la verdad que es un disparate que no tiene pies ni cabeza lo que ha escrito. La mayoría de los chicos escribió algo normal: el viaje a la playa, las vacaciones en el sur, alguno más afortunado un viajecito afuera... la composition de Ariana: My trip to Mars. ¿Qué le pasa a esta piba? ¿Marte? Mi primera impresión fue que se había confundido y que había querido poner March. Un viaje en marzo. Típico de estos mocosos que ponen lo que les suena y no agarran el diccionario ni por casualidad. Aunque en marzo ya empezaron las clases así que también era poco probable. Y la hoja seguía y Marte de acá y Marte de allá. Ya iba a tacharle todo cuando se me ocurrió leerlo. ¡Era Marte nomás! Describía un cielo verde y mares rosados y qué sé yo qué historias. ¿Está loca esta chica? ¿Se droga o me está tomando el pelo? No sé qué les enseñan en la casa. Si me habré pasado tardes castigada en mi cuarto por mucho menos.
Demasiada imaginación para mi gusto. Porque eso fue lo que me dijo la subdirectora: "Imaginación, Edith". Yo tengo otras palabritas para eso: "mentiras", "falta de respeto", "indisciplina". Ya va a ver esta mocosa, venirme con viajes a Marte. A marzo directo va a hacer el viaje. Como decías vos, mamá, si una no se hace respetar de entrada, la pasan por encima. Mamita, 20 años frente al curso, vos sí que sabías cómo son las cosas. Me estarás viendo con la virgencita. Estos chicos no son como tus chiquitines de primero superior.
Seguro que anda fumando cosas raras por ahí, con el uniforme todo cortito y después se distrae en clase y escribe cualquier estupidez. A todos nos gustaría andar haciendo pavadas, pero tenemos nuestras obligaciones, señorita.
Hoy estaba otra vez papando moscas en clase, si hasta le salieron un par de mariposas de la oreja. Lo que me faltaba: todo el curso mirando las maripositas mientras yo intentaba explicarles indirect speech. Así les va después. ¿Cómo se dice mariposa en inglés, Miss? ¿Y atrapa mariposas? ¿Y mariposón? Ahí nomás agarré el parte y me despaché con todo. Para mañana ya tengo citados a los padres de esta pendeja, qué se creen. Los voy a poner a todos en vereda.
Estarías orgullosa, mamita.

4 visiones de Ariana - intro


Un camino de bifurcaciones frecuentes
Un calidoscopio
construido de símbolos que   muerden,
                                                   mojan,
                                                   queman.
Hormigas sobre un fondo claro
son las palabras
que disparan universos
recreados en nuestra mente
más allá de Andrómeda
más acá del desayuno
en un chisporroteo
íntimo y sublime
como la imaginación.

Sí, mi capitán


cuentos barrio
Bueno, ustedes tienen que entender que Aníbal no está muy bien. La mujer lo dejó medio piruchi. Sarita siempre fue un poquitín metida. Todo el tiempo le decía qué tenía que hacer y Anibalito hacía todo, todo lo que a ella se le ocurría. Un santo, pobrecito.

Si a ella se le ponía que quería cambiar todos los muebles de lugar, él iba, ¡pobre angelito!, y le corría el modular, los sillones, el piano, todo, todo para que ella estuviera contenta, la atendía como a una reina. Pero Sarita nunca estaba conforme. Siempre tenía alguna idea nueva.

Un día quiso correr de lugar el horno. Dicen que él trató de explicarle que eso no se podía, que tenía que hacerlo alguien que supiera... Pero Sarita era tremenda y se emperró. El dulce de Aníbal corrió el horno al patio del fondo, como ella quería. Claro, ahí ella se dio cuenta de que no tenían conexión para hacerlo andar, pero de porfiada nomás dijo que era lo mejor, que así no se le iba a llenar la casa de olor a comida y se consiguió la garrafa. Una garrafa de sifón, porque hay que reconocer que ella era bastante brutita. Nadie sabe cómo hacía, pero estuvo como una semana cocinando así. Yoli, la de enfrente, dice que era mentira, que se metía al cuartito del fondo y llamaba al delivery y se hacía la que había cocinado con la garrafa del drago. Yo no quiero hablar mal de los que ya no están, pero la verdad es un poco difícil creerle que se había mandado un pollo con papas a la naranja con ese engendro. Capaz que sí, no sé, era muy habilidosa Sarita.

El tema es que a los pocos días del asunto del horno, se le dio por redecorar el baño. Toda la noche lo tuvo a Aníbal pegando contact floreado sobre los azulejos. Decía que los azulejos ya no se usaban y que esto era moderno y recontra barato.

Al día siguiente cuando llegó del club
, Aníbal se encontró con el auto totalmente desarmado. Quería limpiarle el motor con cif, porque decía que él era un mugriento. Pero eso no fue lo que más le molestó, dicen, no sé. Le había retapizado la chevy con pedazos de jean. Viste que ella era re petiza entonces cuando los acortaba siempre le quedaban restos. Le pareció moderno, original.

Esa tarde escuchamos una discusión terrible. En realidad, la escuchamos gritar a ella, como de costumbre. Estaba enojadísima y decía que él era un croto y que no tenía idea de lo que era la elegancia. 

Silvia, la de al lado, estaba colgando la ropa y parece que vio todo, más bien un poco, porque medio que se tenía que esconder atrás de las sábanas para que no se avivaran de que los estaba pispeando. Estaban en el patio y en el medio de la discusión Sarita, dicen, dicen, se puso loca porque se le bajó la torta que estaba cocinando desde hacía dos horas y ahí nomás le tiró al marido con la garrafita, pensando que estaba vacía calculo yo. La cosa le rebotó en el brazo a Aníbal y le cayó en los pies a Sari, ¡pobrecita! El estruendo me hizo saltar de la silla. Él se lastimó un poco, por eso tiene esas marcas en las rodillas. Dice que se lo hizo en la fábrica, por culpa quizás, o capaz por dolor.

Yo no sé. Con mi Jorge ni un sí ni un no. Él está en la suya y yo en la mía, y eso sí, desde entonces y para evitar cualquier desavenencia le compramos al sodero.